BEATUS ILLE

 


 


 

Como otros tantos anacoretas, Fray Luis de León optó por un retiro espiritual que lo salvara de la maldad humana. La meditación en sí no es más que un retraimiento, tanto físico como metafísico, en el que te alejas de lo que te rodea simplemente para subsistir, ya que no puedes soportar tanta estulticia humana, tanta arrogancia, ni tanta malevolencia, en la mayoría de los casos absolutamente gratuitas, ni merecidas ni inmerecidas, simple y llanamente te lo vas encontrando en tu camino. En ocasiones logras esquivarlas, en otras acabas siendo atropellado. Cuando aún no te has recompuesto del primer atropello sucede el siguiente. Hasta que terminas siendo arrollado. Por lo que urge distanciarte, mejor alejarte, de todo ese mundanal ruido -como lo llamaba el agustino- porque se convierte en una cuestión (casi) de supervivencia. Esta opción hubiera sido un salvoconducto para Larra, Jack London, Stefan Zweig, Virginia Woolf, Hemingway, Ganivet o Alfonsina Storni entre otros centenares, sobre todo durante el Romanticismo. Y es que la hipersensibilidad, en lugar de ser un talento, se puede convertir en un arma letal, sobre todo si dejas que te supere. Es por lo que el retiro puede ser la mejor decisión que cualquier hipersensible puede tomar.

Fray Antonio de Guevara, anterior a Fray Luis de León, mucho menos conocido, escribió su “Menosprecio de corte y alabanza de aldea” como antídoto a esos tráfagos mundanales que pueden desquiciar a cualquiera, si bien fue Horacio, que vivió y falleció antes de Cristo, el que expuso esta idea en uno de sus epodos. Para que luego hablen de plagios: la Historia del Arte es un plagio continuado, pero transformado. Las mismas églogas de Garcilaso de la Vega son realmente un subterfugio similar al tópico que estoy comentando (on my way).

Se dice que el primer anacoreta fue San Pablo, sin embargo ha habido un reguero incalculable (de ascetas o místicos) que decidió poner tierra de por medio para ascender al cielo y sacudirse tanta estulticia e infamia.

Así pues, emulando a Oscar Wilde de alguna manera, subí al carro a Marta, mi perra, y nos alejamos adonde nada ni nadie nos perturbara. Es una gozada experimentar esa sensación (casi) de plenitud lejos del mundanal ruido, donde aquellas turbulencias, que naufragan en la frivolidad y el escarnio, se transformen en el ala aleve del leve abanico de Rubén Darío.

Beatus Ille es un tópico literario que procede de los tiempos de Horacio, su significado alude a “dichoso aquel que se aleja de los problemas terrenales”, si bien ha ido transformándose y adaptándose a los tiempos. O que se lo pregunten a Muñoz Molina.

No podemos evitar las guerras absurdas – el adjetivo parece una redundancia- porque individualmente poco o nada podemos hacer, pero sí podemos alzar nuestras voces y aportar un granito de arena a favor de la paz, aunque quizá Si vis pacem para bellum – no lo dijo Julio César-, es decir, si quieres la paz, prepárate para la guerra. ¿Qué puede hacer un señor que le invaden su casa o su país? Pues eso.

Las envidias no dependen de ti, ni puedes evitarlas. Si te envidian es porque algo estarás haciendo bien. Por lo tanto es mejor alejarse o ignorarlas hasta donde se pueda.

Las calumnias se pueden relacionar directamente con lo anterior. Suelen partir de gente usualmente frustrada que necesita atropellar o invadirte. A menudo, la infelicidad que alguien encierra en su interior, al no saber o no poder transformarla en felicidad, se convierte en una agresiva descarga continua hacia los que tienen cerca, incluso a los amigos, o se buscan un chivo expiatorio que casualmente pasaba por allí para derribarlo. Por lo tanto es mejor alejarse: Beatus ille.

El mejor desprecio es no hacer aprecio. O ni eso. (J.Queralt dixit)

Es cierto que hay gente que tiende a ver enemigos por todas partes, si bien en todas partes hay de todo, lo único que hay que discernir es si ciertos desprecios son dirigidos hacia a ti o todo ha sido producto de tu imaginación. Pero muchas veces los indicios son incuestionables: un saludo ausente, un ninguneo constante, una invitación no correspondida, una crítica infundada,  un abrazo roto o un mal gesto que te agria el día. Así que Beatus ille.

Hay socavones en el camino con los que puedes tropezar. No son imaginarios. Están ahí para estropearte el día, incluso la vida. No los has dispuesto tú así. Los has encontrado de improviso y todo ha resultado como un jarro de agua fría. No es cierto aquello de que uno recoge lo que siembra. No siempre. Hay montones de bofetadas gratuitas, desaires sin sentido, zancadillas inesperadas – otra redundancia- que terminan en un injustificado batacazo para configurar definitivamente el sinsentido de la vida misma.

https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2023/06/13/beatus-ille-88611048.html

Fray Luis de León fue denunciado por León de Castro, discípulo de Hernán Núñez, por defender la Biblia Hebraica frente a la Vulgata de Jerónimo de Estridón, el texto latino. Ello no fue motivo real para que fuese detenido y encarcelado durante casi cinco años —imagina las condiciones de una prisión del siglo XVI, ¡ni la de Edmundo Dantés!—. Finalmente fue absuelto de todos sus cargos. Aquella predilección por el Tanaj habría que matizarla en todo caso, pues todos los intelectuales de la época reconocían claramente que se encontraba más próxima al arameo - la lengua de Cristo- que a la Vulgata.

El agustino fue sentenciado por la envidia que despertó su carisma y su admiración. La misma envidia enfermiza que sentía Salieri por Mozart, al que presuntamente llegó a envenenar. De ahí el Síndrome de Salieri provocado por la maldita envidia que se ofusca en reprimir o eliminar al que tiene más talento. “Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado. Dichoso el humilde estado del sabio que se retira de aqueste mundo malvado”.

Así pues, gocemos de la vida retirada y de la aquesta dulzura que te proporcionan los placeres espirituales, lejos del ponzoñoso mundo terrenal de los hombres malvados.

 

Jlraya

 

Comentarios

  1. Hoy don fray Luis dejaría de ver televisión, oír radio, no seguir redes sociales... y darse de baja de grupos de WhatsApp ( incluidos los familiares).

    Volvernos anacoretas ya no supone retirarte a una gruta o un convent, puedes serlo en tu casa


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