INCONGRUENCIAS




INCONGRUENCIAS

JOSÉ LUIS RAYA PÉREZ

https://www.diariosur.es/opinion/incongruencias-20181025223633-nt.html




El devenir de una sociedad no debe tomarse a la torera, tampoco se debe frivolizar sobre su unión o desunión, aunque todo esto debería estar en su justo lugar. Hay quien se le va la vida en ello y puede sacrificar su propia vida, su familia y su bienestar por conseguir un país independiente, incluso están dispuestos a ser encarcelados y si pudiéramos remontarnos a siglos pasados, son los que estarían dispuestos a ser guillotinados o morir a garrote vil. Son los patriotas que se abren sus casacas y gritan ¡Arriba España! Mientras son fusilados por un pelotón republicano o viceversa. Son, en definitiva, los que les importa la vida una mierda y son capaces de morir por unos colores o una bandera. En otros lejanos tiempos pudiera resultar romántico y valeroso, pero hoy en día se cae en el más espantoso de los ridículos. Ahora se han acercado los mártires a sus acólitos, mientras los del otro bando se afilan las uñas para proteger su España, y ambos actúan de la misma guisa. Unos luchando por la integridad de un país que huele a castaña asada, a usurpación, a prevaricación, a nepotismo, a usura, corrupción y no sé qué más. Los unos pretendiéndose desligarse de los otros, que son hermanos gemelos, aunque su prepotencia y altanería les impida reconocerlo. Sobrellevan las mismas taras – seguramente provengan de fábrica- pero se obstinan en distinguirse puesto que una tara en catalán quizá sea más glamurosa que otra castellana, aunque sigan confundiendo el significado de la situación del adjetivo, puesto que no  es lo mismo un viejo amigo que un amigo viejo. Pero para esa parte, tan denostada y agraviada, es la humillación que descuella un cúmulo de afrentas que se amontonan en el tiempo hasta culminar ese ignominioso pastel. A pastelazos acabaremos si el viejo continente no ordena y reordena como fuere, ¿pero quién puede meterse en la injerencia de sus territorios?, con/por lo cual el ente parece desmantelarse ante la falta de organización. El todo carece de fundamento al no poder integrar  sus partes, espacialmente si hay órdenes que se desatienden. Quizás les toque joderse a unos cuantos que alimentaron a ese gracioso Gremlin durante décadas para satisfacer sus intereses partidistas y ahora contemplan, incrédulos, su transformación en un ogro devorador.


A veces, uno piensa que tanto desatino e incongruencias se originen en ciertas sociedades conspiratorias que pretenden desestabilizar el organigrama que se ha creado a partir de cruentas guerras mundiales para satisfacer otros oscurantistas intereses, que provienen de mentes sádicas, avaras o lunáticas. Ciertos intereses deben subsistir para que siga perviviendo semejante desatino que nos retrotrae a eras remotas.

También puede ser que vivamos en una nación donde la insensatez sea la marca de agua que nos distingue, y, en ocasiones, uno puede llegar a comprender a esa parte que pretende desligarse de tanto absurdo, sin embargo uno recuerda lo del cazo y la sartén, y lo de no te acerques que me tiznas que el sabio acervo ha sabido mantener, simplemente porque la incongruencia nos sigue distinguiendo, a todos y a todas.

A menudo la incongruencia, que se mama desde la misma cuna, suele ir ligada a la indecencia y la injusticia. Nos hemos acostumbrado a convivir con ella de tal forma que no solemos darnos cuenta de su presencia, al menos de la nuestra propia. Sólo la advertimos cuando es ajena y la viga en el ojo propio sigue ausente (como lo del cazo y la sartén). Se hace mucho más evidente cuando los gerifaltes roban cremas faciales en supermercados, compran lujosas villas cuando predican lo contrario,  viajan en excelsos aeroplanos para un concierto de pop, o proclaman una independencia tan absurda como la Ínsula Barataria.


El mocoso insulta a sus padres y amedrenta a sus maestros, los ayuntamientos nos acribillan a impuestos que luego no lucen, el gobierno aumenta las cargas a personas que no tienen ni para comer, seres humanos que se ahogan en el Mediterráneo, gente que habla a gritos a centímetros de distancia, animales que mueren por divertimento, leyes que favorecen al instigador, al acosador y al que humilla. Conductores que atropellan y se dan a la fuga porque iban ebrios o drogados y se van de rositas. Intereses exorbitantes y comisiones leoninas. Obras desmesuradas y al mismo tiempo insignificantes que las alcaldías nunca concluyen. Burbujas inmobiliarias. Okupas que se introducen en tu casa y tienes que invitarlos a un par de cañas porque te pueden denunciar. Hombres que no pueden besarse por la calle porque es inmoral. Mujeres con burka y sus maridos con bermudas. Perros abandonados en mitad de una autovía. Líneas continuas en lugares de acceso.





Maltratadores que se santiguan y piden la paz. Mujeres que regresan con ellos. Sacerdotes que predican el amor al prójimo y se exceden en ese amor convirtiéndolo en dolor, abusando de niños indefensos a los que dejarán marcados para siempre – ensuciando de camino la imagen de aquellos humildes párrocos que luchan honestamente desde su parroquia por sus feligreses-.



 Plásticos y más plásticos que ahogan el mar: nuestra fuente de vida. Colillas que son arrojadas en matorrales que arden en pleno verano. Sabiondos que entienden de todo y no saben de nada y  confunden  lo principal con lo secundario/accesorio: parte y todo –maldita metonimia-, un ejemplo nuca sustituirá al tema. Marginados que apoyan al líder que los margina. Asesinos que matan en nombre de Alá – y por metonimia igualmente manchan la imagen de los musulmanes honrados y trabajadores- . Gente que toma un café con edulcorante y un buen helado de nata y chocolate.

Nimias, irrisorias, incómodas, injustas, inhumanas o aberrantes, mas/más incongruencias.

 

Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. El estatus quo, es una mierda, pero es nuestra mierda, y las revoluciones (cambios sociales rápidos,violentos o no) siempre concluyeron o con un dictador en el poder o con una parte del pueblo oprimido.

    Estamos en la era del boton o la pastilla, pero para los síntomas q enununcias y denuncias no hay pastilla q sirva. Y dado q el mantra de la educacion ya no se lo creen ni los q lo elevaron a los altares de la política demagógica, y q la coacción (ley, condena) no es políticamente aceptada (salvo q la sexta la unja o tenga el apellido "de género". solo nos quedan los demagogos, los charlatanes, los sinvergüenzas vestidos de buenismo, ..., Votados o no, para esto si hay consenso público.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Primo, esto es algo que se arrastra desde hace décadas. Cada partido lo camufla, lo usa y lo manosea a su antojo. Las televisones (todas) están al servicio de... Lo único que queda es que el ciudadano piense, al menos, POR SÍ MISMO. Besos y abrazos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares