Un breve poema




FUERON TRES GOLPES CERTEROS
Fueron tres golpes certeros:
tu mentira, tu adiós y tu olvido.
Te pedí volver conmigo
lo mismo que un pordiosero.
Fueron tres golpes certeros
y fui soledad y martirio.
Luego vino mi delirio
y mi muerte en tu veneno.
Desde entonces voy vestido
como visten a los muertos:
sudario de blanco lino.
Ya se acabó mi camino.
El beberme tu desprecio
me ha servido de cuchillo.

Comentarios

Entradas populares