Gypsy, el musical
Gypsy
José
Luis Raya Pérez
Cuando
le regalé una entrada al musical por su cumpleaños, no sabía que yo también me
estaba haciendo un maravilloso regalo. El abarrotado Teatro Soho aplaudía a
rabiar uno de los musicales más completos que he podido presenciar a lo largo
de mi vida. El precio de la entrada me pareció incluso irrisorio para todo el
trabajazo que conlleva la obra y el talento que desborda.
El
musical es el más completo de todas las artes escénicas, a saber, posee una
historia contundente que impele a la reflexión, dividida en actos como en el
teatro; números coreográficos que participan de los presupuestos de la danza y
el ballet; diversas y valiosas interpretaciones cómicas y dramáticas; voces y
cantos, tanto coordinadas como en soliloquios, que conectan con la ópera,
zarzuelas o conciertos. Esto puede demostrar el auge de este género, que es un
compendio de todo lo demás. Madrid, junto con Londres y Nueva York, es uno de
los principales focos mundiales que acogen estas manifestaciones artísticas y
culturales. Indudablemente, Málaga estaba buscando su lugar y lo está
consiguiendo, sobre todo después de presenciar este soberbio espectáculo.
Siempre
he valorado una película o una obra de teatro partiendo del presupuesto, del
objetivo y lo que se consigue: en este caso se roza el sobresaliente. Si nos
centramos en la historia, nos hallamos ante una Marta Ribera brillante, única.
Ella representa a Rose, una madre controladora y manipuladora, que desea a toda
costa que sus hijas, Lydia Fairén como Louise y Laia Prats interpretando a
June, triunfen a toda costa en el mundo del espectáculo y del vodevil. Su
ambición le lleva a destruir aquello que más quiere y lo que le rodea, como el
amor que sentía por ella Herbie, interpretado por un entrañable Carlos Seguí.
Hacía tiempo que no veía tanta química en un escenario como la que desprenden
estos cuatro personajes. Quisiera destacar igualmente la portentosa orquesta
que acompaña este elenco. La música y el sonido son básicos obviamente en un
musical, ya que es la arteria por donde discurre todo este complejo entramado.
El deleite es máximo cuando te dejas seducir por esta magnífica propuesta que
ha bordado Antonio Banderas.
Mi
más sincera enhorabuena por esta asombrosa combinación de talento y trabajo.
Hay que acudir al teatro y a los musicales. Tenemos que culturizarnos mucho más
para poder desprendernos de toda esa frivolidad que nos carcome a diario y nos
ridiculiza. Alimentemos al espíritu y desarrollemos un poco más algo que el ser
humano está soslayando: la sensibilidad y el gusto por el arte y la cultura.


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