El origen del mal en DIARIO SUR

 

 



Es cierto que, como te preocupes en exceso por la vida, puedes terminar desquiciado ante tanto dislate. Uno ha de centrarse en su propia vida, en todo aquello que te rodea y te concierne. Lo demás puede resultar banal, a no ser que influya en tu propia vida.

Ha habido célebres personajes a lo largo de nuestro zigzagueante devenir histórico que, efectivamente, han marcado nuestras vidas, incluso a hierro y fuego. Desde los tiranos persas o griegos hasta los dirigentes más asesinos o sanguinarios de nuestra luctuosa historia reciente, donde los más laxos te permitían huir de tu país sin ser fusilado o encarcelado. Son estos déspotas los que pueden alterar realmente tu vida si no te encuentras en su bando. Podríamos citar innumerables de ellos en ambas extremas ideologías. El más cercano podríamos localizarlo en Rusia, por ejemplo. Luego, hay decisiones políticas que pueden alterar tu estilo de vida. Sin embargo, hay que aceptar lo que las urnas decidan. La tiranía de las urnas es la única que puede trastocar a los verdaderos tiranos y sacarlos de sus casillas, pues no aceptan que el pueblo decida en su nombre. Y así, muchos ciudadanos reproducen la misma desazón que sus líderes con muchos más aspavientos que argumentos.

Hay quien se cita con las urnas guiado solo por la pasión, libre de cualquier raciocinio individual, pues ha estado atado de pies y manos escuchando las mismas consignas en su entorno y su círculo de amigos o familiares. Otros han ido elaborando su propio ideario a través de lo que percibe por los cinco sentidos; sin embargo hay gente que no ve, ni siente, ni escucha, simplemente repite eslóganes como primates adiestrados. En numerosos casos los líderes y lideresas encuentran un goloso caldo de cultivo para adoctrinar a la gente que no piensa por sí misma, solo repite y asiente a todo.

Habría que liberarse de estos gerifaltes que pueden trastocar tu libre estilo de vida, elegido, deseado y necesario para vivir y sobrevivir. En cualquier caso hay que aceptar y asumir los modelos que traten de imponer a través de leyes y decretos, aunque ello pueda llegar a perturbarte, aunque provengan efectiva y precisamente de un perturbado. Entonces la vida, en general, se convierte en una suerte de espera ´mundialística` para ver qué sucede dentro de cuatro años. Tu microcosmos puede llegar a alterarse. A otros muchos no les llega a afectar todo esto, pero disfrutan viendo cómo el prójimo se siente perjudicado y es infeliz. Es como si volcaran su propias frustraciones e infelicidad sobre aquellos congéneres más vulnerables o necesitados. Dicho de otra manera: si yo vivo amargado, tú también. El proyecto de vida de estos seres consiste precisamente en hacerles la vida imposible a los demás. Y se reflejan en aquellos líderes que hablan a través del odio o la exclusión.

Unamuno se refería a la intrahistoria como aquella corriente que fluye a nuestro alrededor y que nos rodea en nuestro espacio particular, en nuestro microcosmos.

Aparentemente, y según se desprende de las reflexiones unamunianas, la historia y la intrahistoria podrían ser dos universos totalmente desconectados: nada más lejos de la realidad.

Alrededor de tu entorno, microcosmos o intrahistoria pueden hallarse estos tiranos. Son esas personas frustradas e infelices que pretenden hacerte la vida imposible, poniéndote zancadillas, desplantes o desaires continuamente. Es decir “si yo soy un amargado o amargada de la vida voy a convertir la tuya en un infierno”. Imagínese cómo debió ser Hitler en su infancia. A menudo eligen un chivo expiatorio, como al azar, y sobre él vuelcan toda su basura y lo convierten en su particular saco de boxeo. Eran los niños feroces o mimados que atormentaban al débil de la clase, al diferente. Antaño no existía la palabra bullying, pero eran las mismas putadas que ahora o peores. Estos niños malcriados y verdaderos déspotas han crecido y se han convertido en el vecino tirano que te hace la vida imposible e incluso van buscando acólitos para que su maldad sea aún más contundente. Otras veces, sus actos se convierten en un inocuo desplante como el darte la espalda cuando intentas saludarlo.

Existe demasiada maldad latente en nuestro entorno, gestada en las mismísimas entrañas de la infancia, alimentada por unos padres sobreprotectores o todo lo contrario. Esas criaturas perversas, narcisistas, dañinas y manipuladoras han crecido y se han convertido en auténticos adultos malignos. Ya no podemos discernir entre Hobbes y Rousseau para explicar la conducta de semejantes engendros, pues hay de todo un poco. Algunos de ellos han ido escalando posiciones, arropados por su ambición y su lúgubre carisma y se han colado en nuestras instituciones públicas y políticas. Incluso, están esperando con avidez nuestro voto.

Jamás la historia y la intrahistoria han estado tan conectadas.

                                                                                                                   Jlraya

 

https://www.diariosur.es/opinion/origen-mal-20230720004040-nt.html

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