GALIMATÍAS
Es cierto que la búsqueda de la verdad te hará libre, pero primero te hará miserable.
https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2020/05/05/galimatias/1163737.html
Ya uno empieza a cansarse de ese choteo que existe en la confrontación
política, que no para, ni en los momentos más luctuosos, de lanzarse guapuras
en cara con descaro, enrostrados cada día con cifras, mascarillas, muertos,
altas y bajas, guantes, melodramas, negligencias, zambras, barullos y jaleos.
Como siempre, el ciudadano se alía en su correspondiente partido -no
estoy hablando del Madrid/BarÇa- y lo defiende a muerte, a pesar de los muertos
o las incongruencias, que podrían ser sinónimos en este estado tan alarmista,
donde todo se magnifica o se merma según convenga, y el ciudadano, aunque no
sea de Ciudadanos, como si de un Ultra se
tratase se monta en su jamelgo y empieza a embestir con los ojos vendados.
¡Hasta don Quijote lo hacía con más criterio! Obviando datos, decesos,
garantías, salvaguardias, EPis, encuestas, contexto internacional, bisoñez,
situación de la sanidad, paradojas,
contradicciones y sinsentidos como exportar test a otros países, entre otros
dislates berlanguianos que engordan esa España de Pandereta que nos acompañará
por los siglos de los siglos y amén.
Este galimatías no hay quien lo entienda: los que apoyaban un centralismo
defienden a ultranza el estado de las autonomías. Después del exitoso y
encomiable proyecto del Ifema – bien podría ser el emblema de todo esto- lo
estropean con una jarana que casi termina en bacanal: y luego son estos los que
exigen rigor y seriedad. Pero luego aparecen “los otros” comprando sin
mascarilla en un supermercado, incluso el experto entre los expertos se
contagia, como si no supiese cómo se transmite el bicho. Aquellos, empecinados
en comprar a la misma empresa foránea miles de mascarillas defectuosas y, estos
otros, frotándose las manos para contraatacar, esperando y babeando cuál será
el próximo desacierto para ver si pueden lanzarse a la yugular y asestar el
golpe definitivo. Un voto es un voto. El gran Presi, erigido como un adusto,
feudal y señorial monarca totalitario, ordena, hace y deshace, mientras la
oposición espera y desespera sin aportar ninguna idea. Su única arma es
contraatacar, incluso con los decesos. Todo vale.
Heme aquí, en medio de tanto despropósito, recibiendo hostias a diestro y
siniestro porque veo, observo, deduzco y pienso por mí mismo, sin el atuendo
típico del hincha de fútbol que, con su gorro, bufanda y vuvuzela, grita e
insulta al rival. Es cierto que la búsqueda de la verdad te hará libre, pero
primero te hará miserable, pues unos y otros te miran de soslayo para que
silencies la evidencia y apoyes el ultraje o la infamia, y uno ya no quiere
estar en medio de estas lizas, tan descarnadas como absurdas. Como decía
Churchill, un fanático es aquel que no quiere cambiar de opinión (ni de tema),
y en esto no quisiera convertirme. Supongo que algo de esto mismo le pasaría a
los grandes: Unamuno, Valle Inclán, el iconoclasta Baroja o el infravalorado Maeztu.
Aquel miedo inicial, cuando la gente salía acojonada para comprar pan,
leche y huevos, parece que se troca en jarana durante estos últimos días. Parece
que el calendario de apertura o desescalada pudiera ser un despropósito pero es
el chusmerío el que puede revertir la situación y que al reverter la misma
retrocedamos y volvamos a confinarnos, entonces no sé a quién vamos a atacar
porque parece que es eso lo único que nos importa. Aquellos, ordenando e
improvisando, y estos esperando su momento. En medio se halla esa gran masa de
gente responsable y obediente que ha sabido hacer las cosas con dignidad, junto
a esta se encuentra esa minoría o
chusmerío, que se lo pasa todo por el forro de los cojones y que sería, en
última instancia, la responsable de la debacle, puesto que, aunque el
confinamiento llegó algo tarde, hemos tenido la reclusión más estricta de toda
Europa. Después de tanto tiempo de espera no sería justo que unos cuantos nos
llevaran de nuevo al abismo, y ya no vale eso de que “son excepciones” puesto
que esta tragedia se inició con un individuo. Pero claro, no se puede estar
permanentemente acusando al Presi de su discutible gestión, puesto que en este
último apartado es el pueblo el que tiene la última palabra y su última
decisión. ¿O acaso somos unos críos maleducados e irresponsables que
necesitamos permanentemente estar recibiendo órdenes? Si esto es así,
necesitamos más multas y sanciones y cárcel, castigos, reprimendas y sermones,
y más cultura y educación que nos haga distinguir un bulo de la realidad, el
resultado de su intención y la buena de la mala fe.
Después de todo esto, después de tanta teoría conspiranoica, amamantada
por tantas y tantas contradicciones e incoherencias, desde díscolos pangolines
, hasta vampiros, murciélagos, osos pandas
y hormigueros, científicos camicaces, laboratorios explosivos,
dictaduras chinas, demencias americanas, alienígenas repobladores o desagravios
de la madre naturaleza por tantas tropelías cometidas, expandidas por las ondas
del 5G, uno no deja de asombrarse al comprobar que se tarde tanto en patentar
un tratamiento antivírico o una vacuna eficaz, si los avances tecnológicos no
dejan de sorprendernos con móviles voladores o robots teledirigidos con la
mente.
Entre tanto galimatías, evidentemente se tendrá que triplicar la
inversión en Ciencia, Sanidad y Educación, esto último nos ayudará a saber
comportarnos en los momentos críticos, respetar las leyes y cumplir las normas,
distinguir la mentira de la verdad (o al menos aproximarnos) y elegir a nuestros
representantes para que estén a la altura de la circunstancias y que nos
preparen y respondan con solvencia ante la puñetera crisis que se nos avecina.
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