UN PASO ADELANTE

Casi sin darnos
cuenta, hemos atravesado una puerta hacia otra realidad paralela, inimaginable,
distópica, donde debemos estar enclaustrados. ¿Quién nos lo iba a decir? Para
evitar que el mundo se detenga completamente, muchos estamos trabajando desde
nuestro confinamiento y estamos aprendiendo también nuevas formas de
comunicación, de enseñanza y de aprendizaje.
Los docentes
hemos tenido que realizar un curso acelerado – en muchos casos autodidacta-
para adaptarnos a las nuevas fórmulas que requieren la nueva sociedad y este nuevo
estado de distopía recluida. Muchas personas están sacrificándose para sacar
este país adelante y que no caiga en el desfallecimiento: desde los sanitarios
hasta las fuerzas del orden, los transportistas o las cajeras de supermercado.
Otros viven angustiados esperando que esto acabe cuanto antes para sacar
adelante su negocio, a pesar de las zancadillas. La solidaridad debería ser un
continuo flujo que circulara por todas las capas sociales y profesionales para
que se avance. En muchos casos la historia ha demostrado que un pueblo unido ha
podido salir a flote, a pesar de las sacudidas políticas o ideológicas.
La aportación
de los docentes tampoco debería de ser esquivada. Se ha diseñado una serie de
plataformas digitales para que fluyan la comunicación y el teletrabajo. Esto
precisamente se ha duplicado porque hemos tenido que cambiar estrategias,
métodos, programación, evaluación, actividades o competencias: sin duda la
digital es la que prima. Después de diseñar, a marchas forzadas, varios
sistemas de comunicación con sus respectivos códigos, hemos tenido que ir
agrupando a todo el alumnado en sus grupos o aulas correspondientes, a
continuación se ha tenido que ir contactando individualmente con aquellos que
se han quedado rezagados o se han dispersado: correos electrónicos, llamadas,
mensajes de texto o redes sociales, cualquier medio es válido. Una vez que
tenemos a todos agrupados, hay que planificar contenidos y objetivos
básicamente y continuar, en la medida de lo posible, con la Programación para
no perder el curso. Sin embargo, la realidad puede ser mucho más cruda de lo
que pensamos, de lo que pensáis.
Hay críos y
adolescentes que carecen de un simple portátil y, el que tiene la suerte de
tenerlo, sus padres no disponen de internet. Algunos creen que todos los
alumnos disfrutan de todos los recursos posibles y de una habitación propia
para dormir y estudiar. Ojalá. El Estado del Bienestar no es el mismo para todo
el mundo. Por desgracia. Incluso pueden vivir en un pisito más personas de las
que creemos. Es de agradecer que la Junta intente contactar con estos alumnos para
facilitarles una tablet y que puedan realizar su labor. Al mismo tiempo, se han
renovado los criterios de promoción porque lo anterior se ha de considerar para
que un alumno-a pueda pasar de curso, es decir, la desigualdad social o familiar
se ha de tener en cuenta como un criterio añadido. Así pues, el estado de
alarma es vivido de diferentes formas dependiendo del lugar donde te encuentres
confinado. Nos han conminado a seguir con el curso y nos han alentado también a
apreciar esos casos preocupantes.
La empatía y
la solidaridad son fundamentales para avanzar éticamente y no retroceder.
Cuando nos involucramos completamente en nuestro trabajo, uno puede estar
resolviendo dudas un sábado a media noche con algún alumno, animando o apoyándolo
en sus diferentes problemáticas, alentando y escuchando. Recordando que
realizar las tareas domésticas es fundamental para sobrellevar el confinamiento
con ciertas garantías, promoviendo conductas asertivas, positivas y empáticas
para que la convivencia y las relaciones familiares no se conviertan en un
problema añadido. En algunos/muchos casos, el curso puede ser algo secundario
ante este terrible panorama. Algunos han/hemos padecido la angustia del enfermo
que se lamenta, muy cercano o perteneciente a tu entorno familiar. Algunos
padres o madres empiezan a carecer de recursos. Muchas familias viven al día. La
preocupación se plasma en sus rostros y las noches se hacen eternas por el
insomnio errático que te despierta con taquicardias en mitad de la noche, o
sencillamente Morfeo no te acoge en su seno. Los docentes facilitamos las
herramientas necesarias para que un individuo pueda servir a la sociedad
honradamente y que esta revierta en el mismo, de lo contario nada tendría
sentido.
Es el momento
irremediable de humanizarnos, apoyarnos y dar un paso adelante.
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uN pASO aDElANtE



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