Curso del 63
CURSO DEL 63
Ha sido una buena experiencia televisiva, mucho más
productiva y provechosa que el cacareado experimento sociológico especial vagos
improductivos del GH, que ya va por su 11ª edición, contándonos más de lo
mismo, repleto de palabras soeces, conversaciones incoherentes, sin hilazón.
Posturas vulgares sobre los edredones con interminables, infumables y vomitivos
diálogos. En "Curso del 63", en cambio, todos hemos aprendido algo, y
cada cual ha podido sacar sus propias conclusiones acerca del actual sistema
educativo; pero yo creo que la mayoría coincidiremos en lo mismo tras la
visualización de estos breves episodios.
Mi estupor fue el mismo al inicio y a la conclusión. No sé si fueron
verdaderamente advertidos de que tenían que realizar un viaje en el tiempo, y
para ello tuvieron que adaptarse a aquellas lejanas costumbres, casi remotas.
Nadie quería cortarse el pelo, incluso lloraban o berreaban. Les costaba desprenderse
de su ropita interior, tangas etc. También sufrían si se tenían que quitar sus
piercings. En fin, tenían que despojarse del siglo XXI y adentrarse en el año
63. Los tatuajes hubieron de permanecer en su sitio, borrarlos ya
sabemos lo engorroso que puede llegar a ser. Luego, todos y todas se
uniformaron. El aspecto ya estaba prácticamente formado.
Esa marabunta de chicos y chicas rebeldes, contestones, inconformistas,
mimados, maleducados fueron poco a poco, lentamente y con esfuerzo doblegándose
a la nueva disciplina de San Severo. Siempre con brotes de inconformismo y de
rebotes que obviamente iban acompañados de algún castigo. Y aprendían que tras
una conducta incorrecta se producía automáticamente un castigo, pero ese
castigo era firme y tenía que cumplirse. - ¿Padres y madres, tan difícil es
entender este concepto?- Algunos padres seguían incomprensiblemente e
irracionalmente apoyando la insana actitud de sus hijos, incluso hubo
alguno que incitaba a su hijo a la violencia. Me abochornaba escuchar a este
padre de familia. Hay padres que necesitan unas buenas dosis de educación. Es
imposible que sus hijos les salgan educados y civilizados.
En el comedor aprendían las buenas maneras y la corrección del
"saber estar" en la mesa, y tenían que adaptarse a las comidas, y si
no se comían en su momento se guardaba para la tarde o la cena, eso forma parte
del rigor y de la disciplina también. En las clases teóricas no me sorprendía
lo más mínimo la falta de cultura y de conocimientos básicos que mostraban
estos jóvenes, y el desinterés por el "conocer".
Los profesores y educadores se lo curraron de lo lindo, lo que pocos
saben es que la realidad del 63 era mucho más dura y cruel que este
sucedáneo. Y aún así estos chicos se revolvían ante tanta "injusticia".
y sus padres, en muchos casos apoyaban lo irracional y sus conductas soeces e
incivilizadas, en breves entrevistas que se entrelazaban con la acción general.
Así funciona España y la juventud básicamante.
No obstante al final del túnel se puede apreciar la luz. Los chicos y
chicas agredecieron finalmente esa férrea disciplina, agradecían igualmente que
se les enseñaran al autocontrol y que no todo vale. Todos mostraron lo bueno
que tenían dentro de sí y reconocían sus insanas costumbres y sus comportamientos
desmedidos. Todos celebraron, al final, la vuelta al siglo XXI y gritaban de
emoción por recuperar sus móviles, sus pulseras o su ropa. Y disfrutaban
mientras se maquillaban de nuevo. No obstante valoraron la experiencia como muy
positiva.
A los padres y madres que no han llegado a ver este verdadero
experimento, les conmino que vean, si la hubiere, la siguiente edición. Porque
muchos padres y madres necesitan ser aleccionados y necesitan saber qué patrón
deben seguir para controlar a sus hijos y que no se les vayan de las manos:
disciplina y castigos. Al final, uno aprende a comportarse porque somos
seres inteligentes. No hay que doblegarse ante el chantaje del niño o
adolescente. Hay que ser inflexibles en los castigos. No hay que ceder nunca
ante sus pretensiones o caprichos. Hay que dedicar un tiempo específico al
estudio y a la formación diariamente. Tienen que enseñarle a respetar las
normas, las reglas y a las autoridades, empezando por los padres por
hacerse respetar. No justificarlos siempre. Educarlos en valores, el respeto y
la tolerancia a la diversidad. Enseñarles a no exigir y a que en su vocabulario
existan expresiones como "por favor", "gracias", "lo
siento", "disculpe" etc... que no tiren un papel al suelo sino a
las papeleras, que no griten continuamente, que el coche es un vehículo que
sirve para desplazarse y que no es un fetiche que muestra autoridad o poder.
Que para vivir hay que trabajar. Que se puede salir y divertirse los fines de
semana sin necesidad de beber alcohol ni emborracharse. Que el estudio
dignifica y te prepara para el futuro. Que uno puede descubrir nuevos mundos en
la lectura y leyendo uno aprende a expresarse correctamente y si uno se expresa
correctamente puede conseguir muchos de los objetivos que se proponga en la
vida.




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