SINERGIA IBÉRICA
http://www.diariosur.es/opinion/201412/02/sinergia-iberica-20141202000837-v.html
SINERGIA IBÉRICA
José Luis Raya
Pérez
A nadie se le
escapa la idea de que la unión hace la fuerza, excepto a dos millones de
personas que se obstinan, previo aleccionamiento de décadas y sometimiento, en
segregarse a toda costa, incluso sacrificando sus propios intereses y
bienestar.
Son muchos los
estadistas y economistas que sostienen – y se está demostrando- que la
potencialidad de un país se sustenta en el número de sus habitantes, no en vano
China es ya la primera potencia. Ya lo predijo Napoleón: “cuando China
despierte el mundo temblará” Sus más de mil millones de personas la han alzado
en su listón. Sólo su pico de 300 millones coincide con el número total de
EEUU. India sigue a la zaga de este nuevo poder mundial. Del supuesto tercer
mundo, han saltado a la cima. Estos dos gigantes asiáticos podrán ser los
primeros que lleguen a pisar Marte. Ahí
es nada.
Si queremos
mantener un equilibrio y garantizar nuestro futuro debemos mantener una Europa
unida y fusionada para contrarrestar fuerzas. Balcanizarla es un error colosal.
Debemos combatir estas ideas obsoletas y retrógradas que sólo servirían para
retroceder a pasos agigantados.
Dicho lo cual –
elemento de cohesión muy cool- deberíamos mirar hacia nuestro vecino Portugal y
prestarle mucha más atención. Ha habido muchos intentos de “fusionismo ibérico”
a lo largo de nuestra historia, abanderado tanto por monárquicos como
republicanos y tintándolo siempre de sus obtusas y absurdas premisas en ambos
casos, como si la cuestión fuera esa: o blanco o negro. El paso más contundente
se produjo en 1852 con la edición de “La Iberia: Memoria sobre las ventajas de
la unión de España y Portugal” de Sinibaldo de Mas y Sanz. Irónico apellido (Mas).
Quien llegó a diseñar una bandera y un escudo comunes para ambos países. No
olvidemos que del reino de León surgió el reino de Portugal, cuando Alfonso VI
de León entregó a su yerno Enrique de Borgoña el Condado Portucalense. Más
tarde, como sabemos, Felipe II se instauró como rey de este país. Recordemos
igualmente la unión de casas reales : Avis, Trastámara y Habsburgo. La historia
nos descubre su pasado imperial y su
preponderancia en el mundo, junto al español. Incluso lingüísticamente su
lengua mantiene una semejanza léxica con el castellano del 89%, más incluso que
el catalán. Hay que añadir la unión
geográfica, sin grandes accidentes que nos separen, salvo los ríos Miño, Duero,
Tajo y Guadiana – no existe un macizo pirenaico ni mucho menos- y todos los
avatares históricos que hemos compartido, desde los pueblos ibéricos
prerromanos, romanos, visigodos, musulmanes y la Reconquista, hasta el período
de expansión, junto a estilos y modus vivendi comunes compaginados con climas
similares, producción de los mismos alimentos como el vino, el aceite y los
cereales. Juntos sumaríamos casi 60 millones de habitantes. Vemos, por
consiguiente, que hay muchos más elementos que nos unen que los que nos
distancian, salvo la indiferencia de los políticos hacia el país vecino.
Hemos sido
testigos del fuerte impulso de la unión de las dos Alemanias, y cómo Italia,
resquebrajada, terminó fusionándose a lo largo del siglo XIX y enriqueciéndose
posteriormente. Algunos se empeñan en reconstruir Europa a base de estados de
taifas y se olvidan de que la unión siempre hace la fuerza. Debemos trabajar y
empujar la sinergia ibérica, no sólo por nuestro propio bienestar sino para relanzar a Europa desde el sur. Estamos
dándonos la espalda e ignorándonos mutuamente durante mucho tiempo. Si no,
fíjense ustedes, cuántas noticias nos llegan de Portugal – excepto el
descubrimiento de un político corrupto… sólo uno- Ambos países pueden servir de
perfecta conexión con Latinoamérica. Portugal con el gigante Brasil. Y así los
lazos entre Europa y este continente se estrecharían aún más. Ya no se trataría
de discutir cuál es la capital de dicha unión – me temo que esto sería la
principal preocupación de estos mentecatos- Se trataría de crear un corredor
político/económico Lisboa-Madrid-Barcelona. Recordemos también las estupendas
relaciones que mantiene España con todos ellos, desde México hasta Argentina, con
sus altibajos evidentemente. Por consiguiente a Europa le interesaría potenciar
esas relaciones y pasarían a tratar a lo ibérico de una manera distinta y
distinguida. En realidad esto consistiría en realizar un buen e intenso trabajo
de política exterior, pero me temo que estos gobiernos están mirándose el
ombligo e ideando la manera de no perder votos en las próximas elecciones. Estamos
obstinados en pelotear con Alemania y EEUU y olvidamos que el mundo es mucho
más extenso y que los poderes y el dinero fluctúan de un sitio para otro. Menos
mal que tenemos al pequeño Nicolás para que nos saque las castañas del fuego,
parece ser que es el único preparado en este país.




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