¡¡Vivan Los novios¡¡
JOSÉ LUIS RAYA
En
la literatura, la pintura, la música o el arte, en general, ha habido siempre
parejas de enamorados o de amantes que han dejado huella en nuestro acervo
cultural y han enriquecido nuestro patrimonio. Muchas de las historias amorosas
que pululan por nuestra literatura son vestigios de otras historias antiguas y
milenarias, que pueden provenir tanto del norte de Europa como del lejano
Oriente. En raras ocasiones los enamorados al final comen perdices, como solía
ocurrir en las novelas sentimentales y de caballería sobre todo, donde el
caballero tenía que pasar una serie de pruebas u obstáculos para conseguir el
amor de su amada ¿Quién ha dicho que el amor es sencillo? Tan complicado es
conseguirlo como mantenerlo, quizás esto último sea lo más complicado, pues a
través de los años es cuando se puede percibir su consistencia y sinceridad o si
fue solo un capricho pasajero. En este caso podemos comprobar que es algo muy
serio y sincero. Yo creo que nacieron siendo novios. Y esto me congratula, pues
si han logrado permanecer tantos años juntos, yo creo que ni siquiera hay que
jurar eso tan escabroso de “hasta que la muerte nos separe”, como si fuera un
conjuro hecho desde el más allá. A mí personalmente siempre me ha estremecido.
Se ve muy claramente que estos novios van a hacerse viejos juntos, y esto
verdaderamente es muy hermoso. Todo el mundo, en principio, aspira a esto. Son
afortunados los que lo consiguen.
Una
de las narraciones que más me han conmovido ha sido la pareja de Calisto y
Melibea. Ellos no podían consumar su amor porque supuestamente pertenecían a
dos mundos distintos: los cristianos viejos y los nuevos. A pesar de todo
consuman su amor y concluye en tragedia, en la que se inspiraría poco después
Shakespeare para crear su Romeo y Julieta. En este caso las familias se oponían
a ello: los Montesco y los Capuleto. Estas dos familias rivales impiden que
estos enamorados sean felices y la tragedia se consuma cuando ambos mueren por
amor. Romeo bebe la pócima venenosa creyendo que Julieta está muerta y ella se
suicida cuando despierta y comprueba que
su enamorado yace sin vida ¿Qué mejor prueba de amor que dar la vida por el otro?
Al igual que Melibea se suicida arrojándose desde un alto torreón cuando
descubre que su Calisto ha muerto accidentalmente. Amor y Muerte. Eros y
Tánatos han ido de la mano a lo largo de la historia del arte. También lo vemos
en Marco Antonio, quien alarmado por la falsa noticia de la muerte de Cleopatra
decide quitarse la vida. Aquí se funde la historia y la leyenda. Fijaos también
cómo Salomón se enamoró de la reina de Saba, a pesar de que el muy pillín tuviera
nada menos que la friolera de 700 mujeres legales y 300 concubinas. Me imagino
que la reina de Saba no sería celosa.
En
España tenemos que destacar también a Diego Marcilla e Isabel de Segura, los
amantes de Teruel. En este caso lo que existían eran las típicas diferencias
económicas. La familia de Isabel era mucho más acaudalada. Diego le jura que
aumentará su patrimonio y su honor y le pide a su suegro 5 años de plazo para
ser un digno aspirante a la mano de su hija. Pasados cinco años, y sin tener
noticias de Diego, el padre decide casarla con un joven aspirante. Nuestro
enamorado se marchó a la guerra y regresa laureado de riquezas y honores, no
llega a tiempo, pues cuando entra en la iglesia ella estaba pronunciando el “sí
quiero”. Él le pide un beso, pero ella se niega porque ya estaba casada con
otro hombre. Tanto Isabel como Diego mueren de amor. Con razón se les conoce
como los amantes de Teruel, tonta ella, tonto él.
Me
gusta recordar igualmente la historia de Tristán e Isolda, convertida en
excelente pieza musical por Wagner, la cual está teñida de pócimas, venenos y
conjuros y ¡cómo no¡ de muerte anticipada y entrega absoluta:¡Hasta la misma
vida¡
Sin
duda existen centenares de celebridades históricas, ficticias o reales,
artistas o actores: Sissí y Francisco José, Rainiero y Grace Kelly, Elizabeth
Taylor y Richard Burton, Humphrey Bogart y Lauren Bacall, María Callas y
Onassis, Katherine Hepburn y Spencer Tracy, por citar los más conocidos. Pero
por la parte que me toca quisiera destacar a Garcilaso de la Vega e Isabel
Freire, pues fue un amor no correspondido, ya que ambos estaban casados por
separado, se entiende. Ella navega por todos los sonetos y églogas de
Garcilaso, a pesar de los aspavientos de Elena de Zúñiga, su verdadera esposa.
No olvidemos, por último, a Don Quijote y Dulcinea, que como todos sabemos, tan
sólo existía en la mente fantasiosa del Caballero Hidalgo, pero no por ello
debe dejar de destacarse. Él le da forma en su imaginación, a partir de la
imagen grotesca de Aldonza Lorenzo, y crea un ideal insuperable de mujer:
Dulcinea del Toboso. A la que le dedica todas sus rocambolescas conquistas y
aventuras. Esto es un amor no correspondido, pero don Quijote fue feliz a su
manera, imaginando que tenía a la dama más bella del mundo.
Y ahora nos encontramos a Sergio y Araceli, os habéis dado cuenta que casi
siempre se nombra antes al varón: Romeo y Julieta, Calisto y Melibea, Tristán e
Isolda. Pues ahora también Araceli y Sergio. No me negarán que no poseen unos
bellos y sonoros nombres literarios…. Entonces Sergio, Príncipe de Jerez,
montado en su majestuoso corcel blanco, sedujo a la bella Araceli que en aquel
tiempo era Duquesa de Granada. Ambos vivieron felices y comieron perdices
porque sus progenitores aprobaban su relación y no había dificultades de ningún
tipo, pero sí vivieron una infinidad de aventuras por todos los rincones de
Hispania y conquistaron miles de tierras y corazones con su simpatía y
generosidad. Él, robusto, guapo y parlanchín. Ella, fina, discreta, bella y
elegante. Sin duda, una pareja perfecta para un lindo cuento de hadas.
…. Un delicioso cuento de hadas, de duendes y genios, de brujas buenas que
pronostiquen un gran futuro, un futuro expectante, repleto de triunfos y
soberbios presagios, caminando con primor, con pasos delicados, pero
pisando recio y siendo perseverantes en vuestro amor porque …..Amor es uno no
sé qué, que viene por no sé dónde; Le envía yo no sé quién; se engendra
yo no sé cómo; contentase no sé con qué; se siente yo no sé cuándo, y se
sufre no sé por qué.
Amor es eso, un no sé qué. Pero es el vuestro, limpio por su transparencia
y puro por su claridad, es único y sí, es el vuestro y de nadie
más. Y es por eso, por ser dichosos como sois, complacientes y faustos,
por lo que los aquí presentes nos hemos de encomendar porque en vosotros
he visto ya, la Felicidad en estado puro, pulcro y honesto, como mas candor que
pudor, por vuestra naturalidad y veracidad.
Así os veo, estoy segura así os vemos, con todo mi corazón, con el corazón
de todos los que os quieren FELICIDADES POR HOY Y POR SIEMPRE.





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