ATROFIAS LINGÜÍSTICAS
Atrofias lingüísticas
José Luis Raya
Deberíamos distinguir
algunos conceptos para no caer en parciales o gratuitas consideraciones. No
podemos meter en el mismo saco, aunque así se estudie y se establezca
usualmente, a una lengua, sus hablantes y el territorio donde se use. Cualquier
lengua posee su historia y evolución, ninguna comunidad -los hablantes- puede
apropiársela arbitrariamente, y por último, el territorio donde se hable tan
sólo es el lugar de ubicación de dicho idioma, pero también puede desarrollarse
en cualquier otro.
Las lenguas han
evolucionado a lo largo de los tiempos de forma natural, como las especies
animales,y han estado soportando los vaivenes de las conquistas y reconquistas,
las migraciones, los contactos con otras lenguas, los llamados préstamos
lingüísticos, y, sobre todo, han sido los hablantes los que les han dado vida.
Hay que proteger cualquier lengua para que no desaparezca, lo mismo que se
protegen las especies de animales en vías de extinción. Sin embargo, si
empleamos medidas de represión lingüística, marginación, delimitación o
manipulamos artificialmente su desarrollo, el batua concretamente, las
consecuencias pueden resultar imprevisibles.
Nunca, hasta ahora, las
lenguas se han blindado con leyes proteccionistas. Ni tampoco debemos
imponerlas por la fuerza como en tiempos pasados lo hicieran los romanos, los
españoles, los franceses o cualquier otra civilización que haya tenido un
pasado dominante. Aquellos lejanos tiempos de barbarimos ya deberían haber
concluido. Ni el castellano debe preponderar sobre el catalán, ni viceversa.
Son los hablantes los que deben decidir y dirigir, con su uso habitual, el
devenir de una lengua y no los políticos con sus leyes maniqueas los que las
manipulen y atrofien, ya que, consecuentemente, se manipula y se atrofia la
cultura. Los estadounidenses protegieron el inglés por el empuje que hacía el
castellano, ahora han desistido porque la fuerza de los hispanos es cada vez
mayor y las ciudades se están haciendo bilingües, y por consiguiente se están
enriqueciendo, puesto que hablar dos o más lenguas es muy enriquecedor para el
ser humano y su inteligencia. Lo que se está haciendo en Cataluña es un error
colosal, ya que esa inmersión está dirigida a proteger claramente "su
lengua", que, por cierto no les pertenece. Crear una sociedad monolingüe
es reducirla a su estado más primitivo. Los padres y madres catalanes, espero
que no deseen que sus hijos aprendan sólamente catalán porque, desde luego,
solo podrán vivir, viajar y trabajar en poco más de cuatro provincias, por lo
que convertirán a su estirpe en futuros ignorantes. La incomprensible
castellanofobia que allí se está desarrollando, por parte de sus dirigentes
políticos, les perjudicará enormemente en su futuro.
En anteriores artículos
proponía, y desde aquí lanzo un guante a las autoridades, que en todas las
escuelas e institutos se estudien las lenguas románicas de España y el euskera.
Unas nociones básicas y coloquiales que permitan a nuestros jóvenes madurar con
más cultura y respeto por nuestro patrimonio lingüístico, después de ello, que
cada individuo adulto profundice en la lengua que más le interese. Es la forma
más lógica de proteger nuestras lenguas y conocerlas. Yo empezaría por un
estudio léxico diacrónico más profundo del latín,últimamente se está
ninguneando, y comprobaríamos cómo aprenderíamos rápidamente y hablaríamos lenguas tan asequibles y
comprensibles como el catalán, el portugués o el italiano. Dos horas semanales
en el currículo bastaría para iniciar al niño en las lenguas peninsulares,
supriendo otras materias que, claramente, ya no sirven para nada. Con lo cual
nuestros hijos se enriquecerían lógicamente y podrán viajar, vivir y trabajar
con más libertad de movimientos. Sin olvidar, por supuesto, el inglés y otras
lenguas de considerable poder emergente.
El ciudadano español es el europeo que menos lenguas habla, incluso habla mal
su propia lengua, cometiendo errores de todo tipo. Tenemos la suerte de tener
una de los tres idiomas más importantes del mundo, por consiguiente abramos
nuestra mente y disposición a la práctica y uso de otras colindantes o
emergentes. Esto, sin duda, permitiría al español medio ser más
competitivo en el mercado laboral y
sería requerido en muchos más ámbitos que ahora les son restringidos.
Mientras tanto
estamos asistiendo a "leyes arancelarias lingüíticas" tan vergonzosas
como incomprensibles por parte de nuestros representantes políticos,
produciéndose separatismos absurdos y apropiaciones indebidas de nuestros
recursos lingüísiticos con el malsano objetivo de crear filias y fobias que
sólo sirven para enfrentarnos e impedir un desarrollo coherente de nuestras
lenguas y nuestra civilización a la postre. Se produce un insulto permanente a
nuestra inteligencia como ciudadanos, se nos manipula y se nos somete a leyes
imparciales que causarán un deterioro permanente en nuestras competencias
lingüísticas y aumentará nuestra ignorancia. Ahora recuerdo algo: un pueblo
ignorante se maneja mejor.



estoy de acuerdo en que las lenguas de este pais se deberian enseñar en todo el territorio,despues el resto de lenguas a elegir..
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