Málagahoy "Las columnas de los viernes" Al final del túnel
Amistades tóxicas
José Luis Raya
Muchas voces duchas sostienen que la amistad es algo parecido al amor pero sin sexo. Me uno pues a ese clamor ya que, básicamente, si una amistad/amor no se cuida se va secando irremediablemente, como la archiconocida metáfora de la planta que no se riega, se marchita y muere. Ahora bien – que equivale a un inmenso “pero”- como en el amor, hay personas que siguen pegadas a su maltratador y son incapaces de escapar de esas relaciones tóxicas y enfermizas, basadas en la autoridad, el dominio y la más absoluta y constante humillación, aunque no haya golpes. El maltrato amical es algo de lo que no se habla pero podríamos esbozarlo. E insisto, es equiparable a una relación amorosa-venenosa.
A menudo, el mal rollo se inicia no tanto por lo que dices o haces como por lo que no dices o no haces. El maltratador amical siempre está al acecho de torturarte con sus imposiciones, cambios de humor o exigencias. El sometido suele bandearlo como puede, siempre bajo el pretexto de que él (o ella) es así. A menudo, el sumiso se harta, ya no puede más, y amenaza mínimamente con romper o distanciarse. Suele realizarlo por unos días. Incluso ha decido romper esa amistad tóxica que tanto lo enerva y aguanta. Cuando el maltratador percibe que puede perder el contenedor donde vierte su ira y frustración, aparece cual prestidigitador en el momento más inesperado con un ramo de flores, “es un poner”, es cuando toca la de arena. Cal y arena se alternan muchas veces en este tipo de amantes o amigos.
No te has dado cuenta, pero te tiene totalmente controlado-a, y has de estar siempre a su disposición. Has de creer todo lo que te cuente y has de rechazar a todos esos enemigos que él mismo se ha ido creando porque es un maestro de la manipulación y algunos ya se lo han calado. El tóxico se suele rodear de sus acólitos y de sus más preciados servidores. En cuanto comprueba que alguien se sale fuera del redil, buscando libertad, intenta atraerlo con todo tipo de artimañas; si toda su estrategia fracasa, que sepas que ya has entrado en su más preciado círculo de enemigos. Esto también se puede extrapolar a la política. Si no piensas como yo, ya sabes lo que te espera.
Huye de todo aquel que te falte el respeto, escapa del beso de Judas que solo te quiere por conveniencia y que sirvas sus intereses. En definitiva, quiérete, respétate y piensa libremente. No te dejes manipular por nada, ni nadie.
La vida cada vez es más corta como para aguantar desplantes y bajezas.
Varas
de medir
José Luis Raya Pérez
Desde que tengo uso de razón percibo
el denigrante registro de distinguir a las personas, países, sociedades,
incluso medios de comunicación u obras literarias, atendiendo a no sé qué
prodigiosas reglas que permiten que esto o aquello sea mejor o tenga una mayor
consideración que esto otro. Seguramente sea el carisma, el poder, el dinero o
quizás controle mejor el miedo o la manipulación. O puede que sostenga el beneplácito
del poderoso o del matón de la clase. Todos recordamos cómo el grandullón hacía
y deshacía a su antojo. Todo giraba a su alrededor y manipulaba a los demás
para que atacaran al otro o lo aislaran. Es increíble cómo esto sucede en todas
las escalas o niveles.
Puedo observar cómo Occidente se
posiciona contra Putin (y con razón) y mira hacia otro lado o tan solo le da
una leve regañina a Netanyahu. Ambos son dos tiranos, que deberían terminar en
el TPI, donde sean juzgados. El primero desea apropiarse de un territorio que
no le pertenece. El segundo también. El primero ataca a la población civil. El
segundo también. El primero aduce razones antiterroristas. El segundo también,
pero realmente existen; aunque no sabe lo que es realmente una metonimia, mejor
dicho: una terrible sinécdoque. Si una banda de rumanos me ataca y me apuñala
causándome tremendas heridas, yo no puedo invadir Rumanía y arrasarla por ese
infame ataque perpetrado por una banda de energúmenos. Perdón por el ejemplo.
Muchas pésimas obras literarias,
musicales o artísticas pululan por doquier y se erigen como referentes debido a
las diferentes varas de medir. Algunos artistas o cineastas son ninguneados y
otros son auspiciados a la cumbre del éxito porque son sometidos a diferentes e
injustas varas de medir. Las diferentes varas de medir suelen ser injustas y
desproporcionadas.
Y allí está aquel señor o señora, altivo,
sabedor de su fortaleza y de poseer la verdad absoluta que le otorgan sus
acólitos, muchas veces comprados o manipulados. Dirigiendo todo el cotarro.
Organizando. Ninguneando. Aniquilando. Marginando. Sentenciando. Y todo su
séquito asintiendo, bien por temor, desinformación o pura y transparente
manipulación.
Desde que somos pequeños en la escuela
o cuando somos adultos y nos desarrollamos en nuestro trabajo, entorno social,
comunidad de vecinos o grupo de amigos, unos cuentan más que otros
sencillamente porque usamos diferentes varas de medir. Este penoso anquilosamiento
se extiende al arte y al mundo como una bomba nuclear.
Recuerdo el día (en) que los débiles de la
clase nos unimos y le plantamos cara al matón. Y ahí acabó toda su influencia y
su despotismo. No permitas que controlen tu vida ni tu pensamiento con las
infamantes varas de medir.
Las malas lenguas
José Luis Raya Pérez
Cuando traducía por aquellos tiempos La aulularia de Plauto me percaté de que lo de las malas lenguas da mucho de sí y es ideal para la creación literaria. El chismoso ha sido tradicionalmente un personaje menospreciado, pero al mismo tiempo ha sido el que ha urdido las intrigas para que el lector no deje ni un momento el entramado.
Nuestros inicios literarios no han sido menos llamativos. Rodrigo Díaz de Vivar fue desterrado precisamente por las envidias y los odios internos que despertaba su carisma. Desde el Libro de Buen Amor hasta La Celestina nos encontramos con un excelente repertorio de malas lenguas. En la fundamental obra de Fernando de Rojas son las malas lenguas y las difamaciones de los criados los que desencadenan la tragedia. En El Quijote podemos apreciarlas disfrazadas de chanzas y alusiones mordaces. Gracias a las malas lenguas de Quevedo y Góngora, que se lanzaban unos dardos tan hirientes como ingeniosos, podemos optar a un genial repertorio de recursos sarcásticos irrepetibles. No olvidemos que, anteriormente, El Lazarillo debe su fama y su moderna y estratégica narración al chisme y a las malas lenguas, que son el epicentro del libro.
Si nos detenemos en el cine, se me quedó grabada en la piel La calumnia de William Wyler. El daño que puede hacer la mala lengua de una niña dañina puede concluir igualmente en tragedia aunque ese chisme sea finalmente cierto. Esto me recuerda la calumnia que sufrió Apeles en tiempos de Ptolomeo IV. En todos los casos las malas lenguas se reprueban. Shakespeare es un maestro en el uso de esto y es en Otelo donde la mala lenguas de Yago sacude mortalmente toda la historia.
Podríamos seguir rastreando en la historia y en la Literatura Universal el juego dramático que ofrecen las malas lenguas. He observado que día a día los maledicentes han ido limando y puliendo sus tácticas para no ser reconocidos. No olvidemos tampoco que la literatura es un reflejo clarísimo del ser humano.
El maledicente moderno planifica desde el arrebato de la envidia, la frustración, o simplemente el deseo innato por hacer daño: una suerte de sadismo psicológico. Solo hay que observar a nuestro alrededor para detectarlos. Sin embargo, algunos son indetectables, pues preparan el terreno con sus actitudes sectarias e indolentes. A veces, las malas lenguas son producidas por un deseo no consumado o se gestan a través de la pueril sensación de poseer lo que el otro tiene. El niño pequeño y consentido difama, culpa al otro niño y miente por una clara insatisfacción o una envenenada envidia. Cuando se convierte en adulto, si no se corrige, ello se intensifica y van causando daño a su alrededor.
Las malas lenguas siguen vivas entre nosotros desde que el hombre empezó a pensar y a sentir. La literatura, el arte y la historia son sus fieles testigos. Y ahora mire a su alrededor: seguro que hay algún lobo disfrazado con la piel del cordero.
La Feria de los Países
José Luis Raya
https://www.malagahoy.es/opinion/articulos/Feria-Paises_0_1901509902.html
Concluyó la XXVIII Feria de los Países de Fuengirola (antes conocida como de los Pueblos) y me dejó un excelente sabor de boca. Cada año se supera. Solo pudimos asistir el último día y comprobé la excelente organización ejecutada. Yo, que me agobio cuando invito a casa a mis amigos o familiares, he de loar esta gigantesca fiesta, que incita a la concordia, el hermanamiento y la paz entre los pueblos. Así pues, debería ser impulsada desde todos los organismos oficiales, consejerías y ministerios competentes. Realmente hay (o deberían estar) muchas competencias implicadas: sanidad, cultura, festejos, turismo o transportes principalmente.
Cuando nos adentramos en la caseta del Líbano pensé que no podía ser superada en alegría, color, música, gastronomía y participación, porque de eso se trata y es lo que más me ha llamado la atención: cómo se implican los visitantes en las propuestas de los países e interactúan. Después, casi aleatoriamente, visitamos Suecia, Australia, UK, Irlanda… en todas ellas la música y el baile formaban parte básicamente del evento. Son las más cercanas a nuestra cultura obviamente. Sin embargo, de donde más se aprende es de los pueblos diferentes. En la caseta de la India pudimos apreciar sus trajes típicos y nos enseñaron una sencilla coreografía a lo Bollywood. Íbamos degustando, a su vez, platos típicos de su gastronomía en algunas de ellas. Y si querías algo más tranquilo ahí estaba Japón. El hermanamiento se podía apreciar entre Argentina y España, cuyas banderas se intercambiaban. Senegal también brilló con luz propia. Resultaba casi milagroso que, en cuestión de minutos, viajaras de un país a otro y te sumergieras en sus colores, sonidos y sabores. Nunca he percibido la cultura y el ocio tan imbricados. Hay otras ferias que solo se sustentan en el ruido, el bailoteo e incluso la melopea. Esta, en cambio, participa de otros ingredientes que enriquecen al visitante en un amplio espectro. Lo mejor de todo es que no existían tufos políticos en el evento. Allí todo el mundo era bien recibido. Encontré algo parecido a lo que en su momento se llamó (fallidamente por desgracia) la Alianza de las Civilizaciones.
“El pero” viene a continuación. Habría que dar definitivamente un buen tirón de orejas al Ministerio de Transportes. Al regresar de la Feria del Libro de Málaga, cuya organización es también digna de encomio, comprobé que el tren de cercanías iba abarrotado en ambas direcciones. Nunca he sentido tanta asfixia. Los pasajeros entraban con calzador, como si se tratara de un país subdesarrollado. ¡Así llevamos más de cuatro décadas! Esto deteriora nuestra imagen. Había un pasajero que tenía que apearse en el aeropuerto y no podía salir por el inmenso tapón que obstruía la salida.
Si no se enmiendan los transportes públicos me temo que comenzará la decadencia de estas fiestas, únicas y necesarias.
Deshojando la margarita
José Luis Raya
No
me cabe la menor duda de que Pedro Sánchez es el mayor estratega de nuestra
historia reciente. Ha tenido a media España en vilo realizando todo tipo de
cavilaciones. Unos cruzaban los dedos, otros intentaban contemplar diferentes escenarios
políticos, otros tantos se frotaban las manos por la ingente cantidad de
titulares y tertulias que ha generado para la prensa y medios de comunicación.
Podría haber dilatado la incertidumbre veinte días más, así nos hubiera tenido
entretenidos generando un sinfín de
especulaciones: de esta manera es imposible contemplar el bosque.
Todo
aquello que nos producía precisamente temor o vacilación, debemos obviarlo
porque ha vuelto totalmente regenerado con mayor contundencia y apremio. Desde
aquellas lejanas primarias, PS vuelve a resurgir como la sempiterna Ave Fénix.
Es como si hubiera vuelto a ganar unas elecciones. Menudo golpe de efecto. Los
andaluces estamos dispuestos a perdonárselo todo, después de la tremenda
afrenta recibida teñida con el dolor que produce el ataque a la persona amada.
Podremos entender que todas las inversiones vayan directamente a Cataluña; es
cierto que ha sido la región más desatendida de España. O al País Vasco, que
tanto aporta al erario público. A los andaluces ya no nos importa que haya
pueblos en el interior que parezcan Las Hurdes durante la Posguerra o que
Huelva sea la provincia más olvidada de África. O que el tren de cercanías Málaga-Marbella
siga tan distante como Córdoba, “lejana y sola”, escribía García Lorca. Es
mucho mejor seguir invirtiendo en el noreste. Desde F.Franco las cosas son así.
Cuando sea la región más hiperdesarrollada
de la Península tendremos que entender que necesiten independizarse sí o sí.
Desde todos los rincones de España les robamos continuamente. Es normal que se
estén hartando. No necesitarán ni referéndum. El sanchismo es el único que
entiende que todos los españoles somos iguales ante la ley y que todas las
comunidades merecen los mismos beneficios. Esto es fundamental para el reparto
equitativo de la riqueza y los beneficios.
Si
hubiera dimitido, hubiera sumido a España en una crisis institucional y
política de dimensiones desconocidas. No me gustaría ver a la Montero gritando
histérica y saltando al verse como presidenta. Ni a ZP tramando alianzas con
Venezuela. Es mucho mejor que haya continuado. Ni a la ultraderecha frotándose
las manos. Ahora regresa con fuerzas renovadas y con la comprensión y el apoyo
de gran parte de la ciudadanía. Que se prepare la Susana y el facha de Page. O
un servidor, por ser tan crítico con mi ideología y no haber sido abducido.
Sin
duda, es el mayor estratega de la democracia y eso tiene mucho mérito. Entre
tanto, Huelva sigue ahí, lejana y sola. Y Marbella.
Los clásicos
José Luis Raya
Cuando
me aventuro en la lectura de ciertos autores o en determinadas películas o
grupos musicales, siempre termino añorando a los clásicos. Poco hay que
justamente se le pueda equiparar. Siempre pretendo sintonizar con los grupos
modernos, pero acabo escuchando cualquier pieza de Haendel, Haydn o las típicas
arias de siempre, bien de Puccini o Leoncavallo. Puede sonar pedante pero es la
verdad. No hay color.
Otras
veces, me adentro en algún escritor que está pegando fuerte. Menos mal que
siempre me están esperando Clarín, Galdós o Unamuno. Algo parecido me ocurre
con el cine. Me enervan muchas de las películas actuales, tan pretenciosas y
tan vacías. En ocasiones me entretiene una película que sabemos que es para
pasar el rato sin ningún objetivo transcendental porque para esto hay que saber
y estar muy inspirado y, sobre todo, haber visto mucho cine clásico.
Desde
pequeño empecé a amarlo. Cada martes o miércoles ponían alguna de cine negro de
Bogart, algún musical de F.Astaire o
alguna de Hitchcock que no te dejaba parpadear. Otras veces ponían ciclos
dedicados a K.Hepburn, Susan Hayward o sobre el mismísimo Montgomery Clift o B.Lancaster.
Todo lo veía con absoluta fascinación.
A
través de las aplicaciones o plataformas vuelvo a reencontrarme con aquellos
clásicos que me dejaron marcado. Solo con los títulos de crédito o aquella
música envolvente, lánguida y romántica, mi carne se ponía de gallina. Es una
emoción contenida e inefable. El que lo probó lo sabe. Hay muchas personas que
huyen del cine en blanco y negro, de sus tramas y de todo el encanto que
desprenden, en realidad no lo ven, ni lo sienten.
Pues
bien, hoy he descubierto un clásico que no conocía o no recordaba. Creo que no
llegó a estrenarse en los cines o su paso fue tremendamente efímero. Por otra
parte, dudo mucho que esta película fuera del agrado de nuestro pasado régimen.
Se trata de una joya que hay que acariciarla con las yemas de los dedos: Madeleine de David Lean.
El
padre autoritario y controlador, la hija obediente y víctima de ese despotismo
paternal. El pretendiente correcto, la pasión descontrolada del amante, el
veneno que hace acto de presencia y el juicio por asesinato de la protagonista.
Además, el caso ocurrió realmente en Glasgow en el siglo XIX. ¡Y esa
ambientación decimonónica que no se pué
aguantá! Confitada con una excepcional banda sonora de William Alwyn que te
hace levitar. Esto es: ponerse la carne de gallina y regresar a un pasado
remoto donde habitabas felizmente junto a tus seres queridos que ya marcharon.
Unidos viendo estas películas mientras las imágenes en blanco y negro reptaban
por las cuatro paredes de la habitación.
¡Cómo
he disfrutado con esta presea no muy conocida del cine clásico! Por favor,
volvamos la vista de vez en cuando a los clásicos. Es lo único que nos puede
salvar de la vulgaridad.
Café y cerveza
José Luis Raya
Los amantes de la cerveza y el café, de la buena cerveza y el buen café, solemos ser castigados en muchos bares y restaurantes con análisis de orina y agua sucia de fregar el suelo. Esta peculiar forma de proceder se dispersa por muchos puntos de Andalucía y España. Normalmente los hallamos en algunas barriadas periféricas: vestigios de nuestra protohistoria.
Lo mismo que cuando pruebas un buen vino, ya no deseas el baratito del supermercado. Aunque tirar bien la cerveza y servir un denso y espumoso café no difiere mucho del precio. Y si hay que subirlo un poco, pues que suba. Es preferible eso a dejar a medias el análisis de orina.
Cuando te han puesto un café en Italia y has probado una auténtica cerveza, alegre y espumosa en Sevilla o Madrid, te das cuenta de que todo es posible y que hay más vida y emociones fuera de esos cafés o cervezas, que parecen salir del exilio. Es lamentable que una potencia turística como Málaga no se esmere en esto y sigan determinados establecimientos obstinados en crear estos fetos acuosos. También sería interesante que se recurriera a las escuelas o institutos de hostelería para contratar trabajadores. Tenemos la falsa creencia de que todo el mundo vale para servir o trabajar en un restaurante: nada más lejos de la realidad.
Algunas veces llega el camarero con la camisa llena de lamparones o despeinado. Otras veces es sumamente antipático y otras se pasa de la raya mostrando excesiva confianza con unos clientes que no conoce de nada. He de admitir que este salero a mí no me molesta, pero hay gente muy suspicaz.
Las costumbres mediterráneas sustentadas en el griterío podrían alterarse también un poquito, hay bares que son realmente ensordecedores. Cuando viajas caes en la cuenta de esto último. Todos hemos notado lo a gusto que se está sin tanto griterío en un bar concurrido por guiris. Supongo que podríamos acostumbrarnos a bajar los decibelios, lo mismo que ya no se puede fumar dentro. Todo el mundo se ha adaptado perfectamente.
Lo dicho, hay que cuidar la presencia, los modales, la limpieza y no hablar a gritos. Y sobre todo, sobre todo, que tiren bien la cerveza, con esos estratos de nieve blanca que se quedan marcados en la copa escarchada a cada sorbo. Y luego, te quedas observando cómo ascienden esas burbujitas alegres y chispeantes. Y, por último, hagan buen café: denso, sabroso y con su espumita. La felicidad, a veces, es muy sencilla y no cuesta tanto.
Narradores malagueños
José Luis
Raya
https://www.malagahoy.es/opinion/articulos/Narradores-malaguenos_0_1897310344.html
Creo recordar que existe un ranking de los mejores inicios de la novela de la Literatura Universal, siempre encabezado por Tolstoi, Cervantes, Gabo o Nabokov. Cuando tengo un libro en mis manos me fijo en ese primer capítulo, no tanto como lector sino como escritor. He escrito extensos artículos sobre cómo incentivar a la lectura y he dado unas cuantas charlas. Recordemos el dicho “la primera impresión es la que cuenta”. A través de esas líneas es cuando el lector medio y no tan medio decide si debe continuar. Esto es fundamental para afianzar y recuperar a los lectores remisos que andan pegados a sus móviles y sus innumerables trampas.
Cuando cayó en mis manos “Todo acaba en Marcela” de Sergio Barce, supe que esta novela corta podría entrar en ese exquisito ranking. Desde sus primeros párrafos el autor perfila una historia que te va envolviendo hasta que no puedes dejar de leer. La trama te atrapa, los personajes principales y secundarios empastan muy bien con lo que quiere contar y el lenguaje fluye como un río caudaloso limpio y fresco, pero al mismo tiempo negro y turbio como la terrible y magnética historia que nos narra. En las primeras líneas asistimos al sangriento asesinato de Marcela a manos de su ex novio, cruel y sanguinario como él solo. Ella deja de existir en los primeros párrafos -no estoy destripando nada-; sin embargo, como la Rebecca de Hitchcock, es la protagonista absoluta.
Una señal de identidad de la estructura de dicha novela es la unificación de la narración, descripción y diálogo. Esto no se prodiga en exceso pero impele verdaderamente a una lectura fluida y briosa como un torrente. A mí siempre me ha disgustado el uso y abuso de los guiones de los diálogos. Aquí no hallamos ninguno. Todo está imbricado en los mismos períodos oracionales. Creo que, incluso para el lector convencional, resulta beneficioso. Dicho esto, podría ser una magnífica lectura para los centros donde se imparte bachillerato, ya que condensa todos los alicientes que favorecen la rica y beneficiosa lectura, esto es, novela breve, uso correcto y apropiado de la lengua y el lenguaje, trama adictiva, personajes bien dibujados y combinación correctísima de de los ingredientes de la novela negra y policial. Además, se desarrolla en Málaga.
Son muchos y buenísimos los autores malagueños que voy descubriendo año tras año. Todos ellos de excelsa prosa y laboriosa narración. Entre ellos destacaría, sin duda, Antonio Soler. Hay que recordar a nuestro -recientemente desaparecido- Pablo Aranda. La nómina es extensísima e interesantísima: Miguel Ángel Oeste, Juan Madrid, Rafael Ábalos, Carlos Sisí, Muñoz Rengel, García Maldonado o el famosísimo Javier Castillo entre otros muchos. A Barce lo descubrí cuando fue galardonado con el Premio de la Crítica de Andalucía. Con esta última novela se consolida como uno de los grandes narradores malagueños.
Peleas
José
Luis Raya
https://www.malagahoy.es/opinion/articulos/Peleas_0_1895210542.html
El socialista Olegario Ramón fue agredido por un grupo de energúmenos, sencillamente porque su ideología no coincide con la de los agresores. En Calpe, un hombre mata a su vecino de un disparo y después se suicida.
Recuerdo aquellas disputas lorquianas, atávicas, en las que los más viejos del lugar se peleaban en el pueblo por múltiples desavenencias; aquellos campesinos cuyas lindes invadían tierras ajenas; por el agua o porque uno de sus perros había atacado una oveja o una cabra, mientras pastaba tranquilamente. Luego, estaban las familias que se disputaban la casucha vieja que había dejado la madre enferma y que había ganado con el sudor de su frente junto a su difunto esposo. Los hijos se habían quedado huérfanos y la avaricia podía mucho más que el amor y el respeto por sus padres muertos. Y salivaban como perros fieros antes de atacar, vomitando de golpe todo lo que habían tragado durante años y años. Era el momento, la pelea estaba al rojo vivo.
Hay muchos vecinos que conviven en la misma escalera o planta y no se hablan, se pelearon hace muchos años por una minucia de la comunidad, que por cierto tenía fácil solución. Amigos que se pelearon y dejaron de hablarse por ciertas diferencias que pudieron salvarse si se hubieran aclarado a tiempo. Todo se fue enquistando lentamente, aunque nunca es tarde, eso dicen. Todos conocemos a familias enteras, primos, hermanos, tíos y tías que siguen con el hacha levantada por el pisito que la abuela dejó en herencia a toda su prole. Pero claro, unos iban a verla y la cuidaron y otros llegan ahora con la mano abierta cuando ni la llamaban para ver como estaba. Muchas peleas y discusiones se han fraguado durante una cena rociada con buenos vinos, cava y licores. Casi siempre por cuestiones políticas. La típica e inolvidable Nochebuena.
También hay gente que se pelea y deja de hablarte o saludarte por motivos desconocidos, tan desconocidos que podrían ser estudiados por la Parapsicología. Quizá sea debido a una suerte de suspicaz toxicidad que empapa la vida de estos extraños indolentes.
Cuando trabajaba en la docencia, observaba que los críos solían discutir mucho y pelearse, pero luego mágicamente hacían las paces y se veían juntos de nuevo. No tenía que intervenir: ellos solitos se entendían, descomponían y recomponían docenas de veces sus relaciones de amistad. Y crecían y maduraban como personas.
No sé lo que ha pasado en la edad adulta, pero esa ingenuidad de la infancia y la adolescencia se perdió, no sé en qué maldito y pedregoso camino se desvió para instaurarse solo la malicia y el mal rollo. Lo cual me hace pensar exclusivamente en aquello del Homo homini lupus. Dicen que dos no se pelean si uno no quiere, pero no es cierto del todo. Casi siempre hay uno cuya soberbia le impide ver el sol y disfrutar de la vida.
Daddy CooL
José Luis Raya
https://www.malagahoy.es/opinion/articulos/hombres-Daddy-Cool_0_1893110781.html
Creo que esta altruista iniciativa se merece un artículo de opinión informativo.
Resulta que el ocio que genera la sociedad va encaminado indefectiblemente hacia la juventud, salvo raras excepciones como el Instituto de Mayores, pero esto indefectiblemente (perdón por repetirme) se centra en el mundo heterosexual. No lo refuto, ya que es amplísima mayoría, pero las minorías y la diversidad deberían protegerse como hasta ahora se viene haciendo y esto debería consolidarse. En este sentido ha habido una excelente iniciativa por parte de un ciudadano ejemplar, Alexis Gil, un torremolinense de origen venezolano que, movido por su altruismo y por sus deseos de promocionar el turismo gay de maduros en la Costa, está generando espacios de encuentro para este sector que ha sido ninguneado de un tiempo a esta parte.
Muchos de estos receptores son jubilados o maduros que, ya por edad, representan un turismo tranquilo con un alto poder adquisitivo que genera riqueza en la zona. El encuentro recientemente celebrado la noche del treinta de diciembre concentró a más de seiscientas personas de la provincia y del resto de España. Se pretende realizar un encuentro para el 8/12 de mayo aproximadamente que acoja a un gran número de gais maduros de todo el mundo. Pueden llegar miles.
No hay tantas diferencias entre una orientación y otra realmente. Si uno va a una discoteca cualquiera a divertirse se va a encontrar, nada más entrar, algo que a muchos de nosotros nos produce pavor: la música tuneada reggaetoniana y otros ruidos similares. Con todos mis respetos. A muchos nos pone de los nervios (y de las nervias). Será la edad. Anoche, el fantástico Dj Sergio, “Evaristo, el rey de la baraja”, amenizó la velada con la música de nuestra época. Incluso pinchó a la gran e infravalorada Mari Trini (Yo no soy esa). Por ahí andaban otros dos fantásticos DJ´s, el irrepetible Javier Truchado que solaza muchas noches del Men´s bar y otro extraordinario, Thiago Oliveira. A estos tres señores hay que agradecerles su magnífica labor por amenizar los días de la edad madura y dorada. Muchos ya empezamos a intuir eso que se llama aislamiento o soledad: es admirable poder reunirnos y disfrutar de la vida que nos queda por delante.
Esta iniciativa acaba de arrancar y ha sonado a “Ferrari”. La respuesta ha sido unánime. Se ve que la gente (gay) madura ansiaba nuevos espacios de encuentro. Aqua-Emporio estaba animadísima. Se respiraba compañerismo y alegría. Incluso Alexis echaba una mano para guardar abrigos o cazadoras en el guardarropa. Esa mañana acudí junto a un grupo de guapísimos daddies a una sesión de fotos para promocionar futuros eventos. Alexis se lo ha tomado muy en serio. Este chico lo mismo te organiza un crucero que una magnífica fiesta. Por ello, hay que promover estos eventos que generan riqueza y trabajo y, sobre todo, camaradería. A muchos nos ayudará a no estar solos en este tramo que nos queda por vivir, que ha de ser el más dichoso. Muchos han sufrido los tormentos de la homofobia en su juventud y la amargura del rechazo, como un largo y angustioso bullying. Otros han tenido la suerte de criarse en familias o entornos más acogedores. Muchos de nosotros hemos tenido que sufrir determinadas agresiones. Las de aquella ominosa época eran verdaderamente sádicas e inhumanas en algunos casos, otras sencillamente insufribles y otras mucho más laxas. Recuerdo aquella mañana que fui a mi instituto y encontré una pintada: “Raya maricón”. Los alumnos que suspenden pueden ser peligrosos. Esto dará para otro amplio artículo. No me hizo ni pizca de gracia. No hay derecho a tener que sufrir ningún tipo de agresión: ni grave, ni media, ni laxa. Esto debería acabar ya de una vez por todas.
Por todo ello, reitero mi agradecimiento a este joven que desinteresadamente intenta mejorar y alegrar la vida de la gente madura. Este humilde artículo es mi granito de arena por esta noble causa. También me he puesto en contacto con el Departamento de Igualdad de Torremolinos y con Roxanna, la maravillosa presentadora de la televisión local.
Muchas gracias por cubrir nuestras vidas con un manto de pétalos de rosas. ¡Ni un paso atrás! Ya hemos aguantado bastante.
José Luis Raya
Esta mañana, viendo uno de sus magníficos programas, estaba pensando que a todo el mundo le cae bien o muy bien Jesús Calleja. Después de comprobar cómo honestamente trabaja y desarrolla sus contenidos, después del tacto y el especial cariño con que trata a sus invitados, y ese don que tiene para comunicar, me ha definitivamente conquistado. Puedo decir que es un ser excepcional como trabajador y como persona. Pues bien, si este señor se decantara por la política y aspirara a ser diputado del PSOE o del PP, sería odiado inevitablemente por media España.
Estamos llegando –ya hemos llegado- al momento exacto en que una persona caerá bien o mal según sus aspiraciones o tendencias políticas. Todos sus encantos, sus buenas intenciones y su estupenda manera de ser quedarán eclipsados por su admiración a este o a aquel partido. Esta es la prueba inequívoca de que estamos polarizados, yo diría agilipollados, con perdón.
En cualquier reunión, siempre hay algún iluminado que desvía su conversación hacia el tema político –no ideológico- atacando a la Ayuso o al Sánchez, sin comprobar si hay algún simpatizante de uno u otro bando. Todos estos iluminados suelen estar seguros de que llevan razón y sus argumentos son irrebatibles. Si en frente tienen al iluminado opuesto, la polémica está servida. Lo malo no es precisamente la polémica sino el mal rollo que se genera tras esto, ya que la gente no dialoga ni intercambia argumentos, sino que discute para llevar razón. El enfrentamiento está servido. A veces ocurre que esas personas, que se tenían cierto afecto, dejan de hablarse o saludarse. Es por lo que nos hallamos ante preclaros casos de radicalismos. Este tipo de iluminados es incapaz de cuestionarse posiciones contrarias y siguen la férrea línea que marca el partido al que vota. Si la derecha mira hacia otro lado, él o ella mirarán hacia otro lado ante la evidente masacre del pueblo palestino, por ejemplo. Si hay que legislar de otra manera más eficiente ante la vergonzosa y descarada okupación que se está produciendo en España, el esclavo de la izquierda considera que es un bulo de la derecha. Yo tengo un amigo al que le okuparon su vivienda (y la perdió) y sigue pensando que todo esto son bulos de la derecha. Llega un momento en que la estupidez se adueña de nuestras mentes por no traicionar a nuestros líderes políticos. La estolidez se retuerce aún más cuando uno comprueba que este o aquel partido no te da de comer precisamente. Solo es medio entendible en los casos en que tu trabajo dependa de ello.
Y es que hay determinados casos en que la estupidez humana es absolutamente inexplicable.


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